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DUSKO SI O DUSKO NO

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En el deporte profesional actual, y me refiero sobre todo a los deportes de equipo como el baloncesto, el entrenador tiene un papel determinante. Cuando se consiguen triunfos y grandes éxitos, pocas veces se suele reconocer su trabajo y su parte proporcional del mérito, pero cuando las cosas van mal, son siempre el punto de mira de directivas, en primer lugar, y de los aficionados, en segundo término.

En Vitoria nos hemos acostumbrado mal. Y me refiero a que damos por sentado que el equipo va a ganar la Supercopa, la Copa, la Liga, y que nos vamos a ver de nuevo jugando una Final Four. Sin embargo, tales logros están al alcance de muy pocos equipos en Europa.

Hemos podido disfrutar en nuestra ciudad de las sensaciones que se producen al ganar un título o al disputar una final como la F4, y además lo hemos hecho durante varios años. Ahí es donde queremos ver al Baskonia siempre, peleando entre los mejores equipos de Europa.

Tenemos muchísimos recuerdos de todos estos logros: Ligas ganadas en el último segundo, Copas de Rey,la Virgen Blancaa rebosar de gente…., y también grandes recuerdos de finales perdidas, como Lausana, Bolonia, Moscú, etc.

Pero este artículo de opinión lleva en el título el nombre del entrenador actual del Baskonia. Dusko Ivanovic es un entrenador perfectamente conocido por todos los aficionados de nuestro equipo, fruto de sus dos etapas en Vitoria, y de su trabajo realizado.

Como suele pasar en estos casos, Dusko no deja indiferente a nadie. Tiene sus detractores y sus defensores. El principal valedor del entrenador baskonista es su presidente, Josean Querejeta. Ambos comparten opinión y formas de pensar y de ver el baloncesto, hasta el punto de que el entrenador tiene toda la confianza del presidente.

Dusko ha demostrado en estos años en Vitoria e incluso en sus otros equipos, muchas cosas buenas y otras cosas malas. Siempre se ha caracterizado por utilizar plantillas cortas, por depositar su confianza en un determinado y elegido grupo de jugadores, normalmente en número inferior a 8.

Esta selección de efectivos hace que el bloque funcione a su gusto, como una máquina bien engrasada, y desarrolle por momentos un baloncesto de muy alto nivel (en Vitoria lo hemos podido ver estos últimos años en numerosas ocasiones), manteniendo desde el principio de temporada un ritmo trepidante y muy exigente, y contando sus partidos por victorias, muchas de ellas de forma contundente.

Pero indudablemente tiene la pega de que los 6-7 jugadores elegidos deben llegar frescos al final de temporada, lo cual es difícil jugando tantos partidos y a tan alto ritmo. Esto es lo que le sucedió, por ejemplo, al Baskonia que perdió la final de Liga por 3-0 ante Unicaja, tras una buena temporada, pero con un lamentable final. El equipo estaba fundido, y apenas pudo plantar cara a los malagueños.

Y también es cierto, que en la Liga que se ganó al Barca con la famosa canasta de San Emeterio en el último segundo, la situación antes comentada se volvió a favor de Dusko, puesto que a lo largo de toda la temporada, hubo varios jugadores que sufrieron lesiones de larga duración, lo cual les obligó a perderse un buen número de partidos, posibilitando que llegaran algo más descansados de lo normal al mes de Junio, y sobre todo a la final.

Ivanovic ha demostrado también que sabe poner cruces sobre determinados jugadores, cuando éstos no siguen a rajatabla sus exigentes instrucciones. En sus dos etapas en Vitoria, han sido numerosos los jugadores que no han podido o sabido congeniar con el entrenador, y se han visto relegados al banquillo y a un papel secundario en el equipo, pese a venir de otros clubes en los que habían realizado buenas temporadas.

Este prototipo de jugador, pasa de un día a otro a jugar pocos minutos y a ser castigado con ración extra de banquillo en cuanto tiene un fallo, criterio que no se aplica con otros jugadores del equipo.

Su alto grado de exigencia, ha impedido a un buen número de jugadores llegar a jugar en Vitoria. Algunos jugadores directamente han declinado la oferta baskonista para jugar en el Buesa Arena, y otros han multiplicado por dos su caché para venir a jugar con Dusko, alegando que ese ritmo de entrenamientos acortaba su vida profesional.

En esta línea de comentario, el último “sospechoso” ha sido Tiago Splitter, que coqueteaba con Málaga, y finalmente se decantaba por Valencia para superar el parón ligero de la NBA, declinando una posible vuelta a Vitoria.

Habría que preguntarle directamente a Tiago para saber la verdad de la historia, pero a priori, para un jugador que decide dejar aparcado su contrato en la NBA para venir a Europa a mantener su nivel de competición y a conseguir unos ingresos extra, no tiene que ser muy atractiva la opción de ponerse a las órdenes de Dusko durante dos meses con ese nivel de exigencia.

En lo que llevamos de año, estamos viendo que hay jugadores importantes (en principio), que no acaban de dar lo que se esperaba de ellos. Se trata por ejemplo de Dorsey o de Williams, aunque es cierto, que ambos han pasado o están pasando por problemas físicos que han dificultado su integración en el equipo.

Estos jugadores, curtidos en la NBA y con un conocimiento de la materia y experiencia, están demostrando muy pocas cosas en los pocos minutos que están jugando. Es cierto que juegan poco, pero el caso es que los minutos que juegan deberían dar mucho mas, en todas las facetas del juego.

Está claro cuál es el nivel de exigencia de Ivanovic con los jugadores. Es un entrenador que pide siempre una entrega al 200 % a todos sus pupilos, tanto en los entrenamientos como en los partidos, lo cual hace a veces que ciertos jugadores no se encuentren cómodos entrenando con esa presión.

Con todos estos comentarios he pretendido repasar los que, desde mi humilde opinión, son puntos malos del entrenador vitoriano. Pero a pesar de todos ellos, mi posicionamiento es favorable al montenegrino. Y me explico.

Un club de baloncesto hoy en día es una empresa. Y esa empresa tiene unos trabajadores y un entrenador que selecciona a los mejores, y les dice cómo tienen que trabajar, exigiéndoles unos resultados. Y por ese trabajo cobran un sueldo, que afortunadamente para ellos es muy elevado (cuántos de nosotros no ganaremos en toda nuestra vida laboral lo que muchos de ellos ganan en un año…?). Ese sueldo, hace que tanto el entrenador, como los aficionados y amantes de los colores baskonistas, tengamos derecho a exigir un esfuerzo y una dedicación constante al equipo, a lo largo de toda la temporada.

Aún reconociendo sus fallos, Dusko tiene muchas virtudes. Pude oír el verano pasado de boca de un conocido locutor de radio vitoriano, y vinculado desde siempre al Baskonia por muchos motivos, que Ivanovic ha hecho millonarios a muchos jugadores. En concreto a los que han apretado el culo en cada entrenamiento y han sabido sufrir a sus órdenes. Jugadores que han llegado a Vitoria siendo prácticamente unos desconocidos, y han acabado unos años después en la NBA, o en otros muchos equipos punteros de Europa. La lista sería numerosa.

Ese perfil de entrenador exigente al máximo, como lo fue en su día Herb Brown y al que hicieron la cama jugadores como Arlauckas, Rivas, o Laso, o incluso unos años después Manel Comas, son buenos para el Baskonia.

Ivanovic ha conseguido victorias muy importantes en Vitoria, y momentos de gran baloncesto, como por ejemplola reciente Ligaganada al mejor Barcelona de la historia y con todos los pronósticos en contra incluso hasta para ganar un único partido de la serie final.

Pero en esas hazañas ha habido siempre jugadores que han demostrado que eso del “carácter Baskonia” iba con ellos, como Scola, Noccioni, Splitter, Calderón, Bennet, Oberto, Prigioni, etc. Jugadores duros, sobrios, intensos, que se dejaban la piel en el campo y sometían hasta el límite a los equipos contrarios.

Estas generaciones de profesionales del basket son difíciles de encontrar y de conseguir. Durante años, hemos tenido en Vitoria a esos jugadores y a otros en la recámara, cedidos en otros clubes, a la espera de su madurez para venir al Baskonia. Este año, quizás estemos “vacíos” de ese perfil de jugador, mientras damos tiempo a que suban y se integren otros jóvenes como Nemanja, Musli, Van Ostrum, etc.

Con todo ello, y teniendo en cuenta que la temporada acaba prácticamente de empezar, hay que dar tiempo al entrenador a que encaje tantas piezas nuevas, a que asiente a todos los jugadores y a que decida si todos los que tiene actualmente, son válidos para este equipo. Nunca Dusko ha tenido una plantilla tan larga como la actual.

Pero debemos seguir siendo todos muy exigentes con los jugadores, no sólo con el entrenador. A mi me molesta mucho ver a un jugador como Williams perder un balón en ataque y bajar a defender a 2 por hora y con un pasotismo insultante mientras el otro equipo hace un contraataque a placer. Si ese balón lo pierde Noccioni, el osado contrario hubiera acabado incrustado en el protector de espuma de la canasta mientras el Chapu levantaba la mano asumiendo su falta personal “involuntaria”.

Y también me ha molestado jugadores que han sido muy irregulares en su rendimiento, haciendo buenos números únicamente en partidos importantes o televisados. De estos también hemos tenido unos cuantos.

En definitiva, y como decía al principio, en estos temas para gustos los colores. Seguramente los detractores de Dusko tendrán mil motivos para contradecirme y argumentarán mil puntos en contra. Pero yo siempre he sido partidario de repartir tanto los éxitos como las culpas a partes iguales entre todos, y no en función del resultado del momento.

Mientras tanto, Aupa Baskonia!!!!

Iñaki Larrea

Twitter: @Lagartijo10

Blog: http://lagartijotau.wordpress.com


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